Historias del Infanta (1) - Historia del Infanta

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LA PUERTA PRINCIPAL

Infanta 1La puerta principal

Volviendo del campo de futbol y pasando de nuevo por nuestro coqueto jardín y la fuente privada de los huérfanos, nos encontramos de frente con Ella, ………… “ahí esta, ahí esta viendo pasar el tiempo, la Puerta Principal…….mírala, mírala…..” la parte del edificio central mas bella y fotografiada de todo el Infanta, impasible e impertérrita al paso de los años, indiferente a los miles de críos que atravesaron una y mil veces sus entrañas corriendo como hordas de vándalos, suevos o de alanos, serena frente a los miles de fotografías allí sacadas por primarios, adolescentes, jóvenes, profesores, Generales…., inmune a las lagrimas que se derramaban al despedirse de un ser querido, ajena a la algarabía y alborozo que se organizaba al coger el autobús para ir a la estación en época de vacaciones, inalterable a la melancolía y enviada sana que sufrían los que no se podían ir, testigo mudo de las andanzas de los huérfanos como por ejemplo “el asalto a dirección a través de la cornisa para robar los exámenes” ……..ella, nuestra querida Puerta Principal, punto de encuentro para las citas entre huérfanos, zona de reposo bajo sus palmeras datileras………… Flanqueada por dos anexos al edificio central que hacían las veces de oficinas y que recuerdo que en una de ellas, se pagaban los viernes por la mañana los giros previo aviso en una lista publicada en la puerta de la oficina el día anterior.

¡Ah! Se me olvidaba comentar que una de las cosas que también te acojonaban un poco al llegar al Infanta, era la altura de los techos en los edificios antiguos, te hacían sentir un poco mas insignificante en la gran capital, de grandes calles y ahora altos techos. Posteriormente al salir del Infanta, cualquier casa o local que visitases te daba la sensación de pequeñez, de falta de espacio, de ahogo…….normal, te habías criado en la abundancia arquitectónica.

SALON DE ACTOS Y BIBLIOTECA

Infanta 1Salón de actos y biblioteca

Nada mas cruzar la puerta principal, nos encontramos de frente con el salón de actos, utilizado para celebraciones variopintas que no requiriesen mucho aforo, especialmente para las famosas “Copas de vino Español” con las que se solía agasajar a las autoridades e invitados de renombre por cualquier celebración que hubiese. En su lateral derecho (fotos de la izquierda) podemos intuir la forma semicircular y que se observaba perfectamente desde el patio central. A su derecha, teníamos una pequeña sala convertida en biblioteca, muy acogedora a la vez que poco usada.

SEÑOR PUERTAS Y CENTRALITA

Infanta 9
Señor puertas y centralita

A la izquierda, del salón de actos, se encontraban los dominios de una de las personas mas apreciadas del Infanta, El Señor Puertas, causante involuntario del mayor malentendido que hubo en el Infanta, bueno, el mayor quizás no, pero si el que llego a mas gente y que perduro en el tiempo, Puertas no era su apodo, sino que se apellidaba Puertas, cosa que solo sabias cuando ya eras veterano pero de los buenos. Sentado tras un pequeño mostrador en el que trajinaba con sus cosillas, por allí pasabas para hacerte el encontradizo con el y ver si te decía si tenias carta o paquete o incluso si había suerte te lo daba, conocía como nadie en el Infanta, todos los apellidos de los huérfanos así como las regiones de procedencia y sus capitales de provincia, ríos, montes y todo lo que la geografía de la época podía enseñar. Un grande del Infanta. Es curioso como en aquellos años tomabas cariño a las personas que de una manera u otra te hacían de nexo de unión con tu tierra y el Sr Puertas a través del correo, era uno de ellos.

Infanta 10Pasados los dominios de nuestro insigne bedel, nos encontrábamos de frente con unas escaleras………las dejamos para mas tarde, ahora doblamos a mano derecha y nos encontramos con la centralita telefónica, no encuentro registro fotográfico de ella ni tan siquiera recuerdo el nombre de la persona que allí trabajaba, pero al menos intentare describirla, era pequeña, dividida en dos mitades, tras un mostrador de madera con cristalera y una ventanilla, estaba a mano izquierda según se entraba. Allí se sentaba un hombre al mando de aquel complejo aparato de clavijas, en el otro lado un banco y un teléfono negro y pesado que no recuerdo si estaba colgado de la pared o sobre un pupitre.

Infanta 13Cuando te llamaban de casa o algún familiar y no la tenias programada con antelación, teavisaban por megafonía “Juan Manuel Orozco Calvo, al teléfono” también desde allí te avisaban de las visitas. El señor puertas hacia muchas cosas y muy bien, pero cuando tenia que ser el quien daba el aviso y tenia que utilizar el micrófono…… se le notaba muy nervioso en sus mensajes, miedo escénico que tenia el buen hombre. Era habitual programar tus llamadas, de esa manera economizabas el coste de la llamada a tu familia, el problema era cuando había varios a la misma hora esperando, había que contar con la suerte de ser el primero. El numero era, 2-59-66-04 y de aquella, el prefijo 91.

BAÑOS, PASILLOS Y AULAS

Una vez dejada atrás la pequeña centralita, enfocamos a los pasillos, en este punto me ayudo de fotos que podrían ser del sitio al que nos dirigimos pero el paso de los años y los cambios realizados me pueden llevar a error, os pido por favor, un poco de ayuda para corregirme si es necesario.

Infanta 14Como comentaba, una vez salías de la centralita, tenias a mano derecha los baños, no he encontrado ninguna foto de ellos, lastima, con la cantidad de tiempo que pasamos allí. Era un cuarto que tenia las “letrinas turcas” a mano derecha y que normalmente estaban adornadas de tonalidades pasteles en varios tonos de marrón, especialmente la cañería de la cisterna que era zona de acumulación de residuos tóxicos, debido a su imposibilidad de recibir agua de la susodicha cisterna.   Teníamos también frente a ellos una fila de “meodromos” de pie sujetos en una pared de azulejos que separaba de la zona de lavabos sujetos en unos angulares metálicos, entre ellos y los inodoros un falso pasillo por el que se accedía al patio central, era algo peculiar, solo para alumnos y profesorado, si eras una visita, tendrías que acceder a dicho patio por alguna de las puertas situadas en las proximidades de ambos comedores (mayores y pequeños) aunque siempre te encontrabas por allí algún visitante despistado.

Una vez dejado el WC a un lado e intentado desprendernos de su aroma impregnado en nuestras ropas, nos enfrentábamos a los pasillos de las clases, en la fotografía de la izquierda, se ve el pasillo de las clases de COU de mi época, por el hueco de la izquierda estaban las clases de letras, a la izquierda y ciencias a la derecha, sus ventanas daban a la zona vista antes, donde estaba la cabina y proximidades, en medio, un pequeño cuarto de inspectores y profesores. Una vez llegado al fin del pasillo donde se ve la puerta (que en mi época no había), se daba con el largo pasillo de la derecha, con clases a su izquierda y el laboratorio de ciencias al final del mismo.

Infanta 11En las fotos inferiores, se ve el Laboratorio de Ciencias, en la fotografía de la izquierda, se puede observar al Sr. Anaya (Kalisay), profesor que fue despedido por clamor popular de los huérfanos

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Lo que a mi me llamo mucho la atención al llegar al Infanta, fue los enormes encerados o pizarras, lo dicho allí todo era grande, ¡Cuantas cosas se debían aprender allí!

Luego se doblaba a la derecha en dirección al comedor de mayores y te encontrabas con el gimnasio, una de mis “aulas” preferidas siempre y cuando no estuviese el Espinazo con sus tablas de pesadilla.

Grandes saltos, saltos buenos, mediocres paseos por el plinto y muchos “maltratos” de potro, como le gustaba llamarlos al Espinazo, allí había mucho potencial para la gimnasia y mucho negado, siempre había un huérfano destacando en cualquier cosa que hiciésemos y siempre había uno a la cola de cualquier otra, ley de vida. De cualquier manera, el gimnasio era tomado como una asignatura “María” y mas bien era una clase menos a contar en el estudio.

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Dejamos atrás, el gimnasio y nos encontramos con un vestuario utilizado en la mayoría de los casos para las competiciones deportivas de las canchas de baloncesto y balonmano.

Infanta 12A continuación, las escaleras, las fatídicas escaleras que suben al primer piso. En la fotografía están modificadas, el pasamanos original era poco mas que la mitad de alto del actual. Un fatídico día, bajando los huérfanos en tropel un galleguiño muy salado y de sonrisa eterna, fue victima de un fatídico accidente, tropezó con el pasamanos y cayo al piso desde el tercer tramo de escalera, falleció en el acto, hay una historia en la pagina que relata los revolucionarios sucesos posteriores.

Siempre será para mi, la escalera maldita.

Cuando eras mayor ya no la utilizabas para ir a las clases que allí había, pero si para visitar el famoso y maquiavélico “estudio de los domingos“, que con tanta facilidad conseguías invitaciones durante la semana. Estudio al que eras castigado solo para fastidiarte ya que en la mayoría de ocasiones, no podías ni llevar libros y allí estabas las horas mirando las musarañas.

La primera foto de las que hay a continuación, mas bien parece de la parte inferior dedicada a dormitorio, la segunda si es de la parte superior (se deduce de la puerta de salida a la terraza) pero quizás de la zona de la izquierda mirando desde la puerta principal, la de las clases y no concretamente la del estudio.

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Aunque las fotos que van a continuación no creo que correspondan al estudio, las ponemos a modo de recuerdo y por la similitud que tienen con las largas mesas que tenía. Donde algunos profesores nos llevaban con el ánimo de que no nos copiásemos, algunos podían haberse ahorrado el subir escaleras, sus asignaturas eran lo que se podría denominar como “in-copiables” ¡eh Javier! (Alias el matraco).

Yo creo que si hoy en día pudiésemos recuperar aquellas mesas y tras un proceso minucioso de investigación, encontraríamos textos o firmas grabadas en la madera de un alto porcentaje de huérfanos del Infanta.

Ojo, que no todo era malo, también era donde se veía la televisión los sábados y algún partido que otro, al menos hasta que te dejaban ir al 4º piso de mayores

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Por la puerta descrita anteriormente, se salía a la terraza que rodeaba por completo el patio central, desde allí, las autoridades veían las exhibiciones de gimnasia en el patio central y poco más uso tenia.

Recuerdo en una ocasión que Francisco Javier García Valle y Benito, hicieron el número del enano, ese de calzarse unos zapatos en las manos de uno que se pone por detrás de otro vestido con mandilón o similar y que da la impresión de ser un enano, juego posteriormente popularizado por Emilio Aragón. Fueron brutales, una actuación genial, Valle aun continua haciendo reír a la gente.

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MAS AULAS Y EL APACHE

Dejamos atrás el estudio y continuamos camino, encontrándonos clases a mano derecha, varias, quizás tres, son de los alumnos intermedios, los que iban a continuación de los primarios.

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Infanta 19Seguimos por el pasillo y ahora doblamos a mano izquierda, otro pasillo, el que esta sobre las clases de COU, al principio a mano derecha, creo recordar que estaba la oficina del mando de la Guardia Civil a cargo del Colegio, Constantino, el General Constantino fue uno de ellos, huérfano del Infanta y un referente del colegio. Siempre nos trató con sumo cuidado y quiso mucho a los huérfanos, a sus huérfanos.

No recuerdo si continuando había más despachos, oficinas o clases, pero llegando al final del pasillo, nos encontramos con otros aseos, exactamente iguales a los que había en el piso inferior y colocados sobre ellos. Pero tenían una gran diferencia, solían estar limpios por ser los que usaban el director, el personal de oficinas y los mandos militares que hubiese por allí arriba.

Cuando tenías ganas de jiñar bien jiñao, en unos baños limpios sin que nadie anduviese picando a la puerta, te arriesgabas y subías, si te pillaban podías disimular diciendo que ibas a por tiza a dirección o incluso a cortarte el pelo al Apache que estaba en un cuarto próximo, en la misma situación que la centralita en el piso inferior. No obstante la mejora hora de ir a ellos, era después de que marchase la gente de currar, sobre las seis o siete de la tarde.

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En la foto de la izquierda se puede ver cómo era la peluquería al principios del siglo XX, el de la foto, debía ser un arapahoe, antecesor de nuestro Apache, los dominios del Apache, eran los de la foto de la derecha. Se hacían cortes a medida, vamos a medida de que él quisiera cortártelo y se podía también proponer estilo, luego el ya haría lo que le salía de las narices….. ¡Ah! El corte al 1 se le daba fenomenal, solía ser moda cuando se tenía la mínima sospecha de que los piojos pudiesen estar atacando o simplemente porque se encontraba inspirado. No recuerdo su nombre y este, al contrario que le pasaba al Señor Puertas, seguro, seguro, que no se apellidaba Apache.

DIRECCION

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Volvemos a dirigirnos en dirección a las escaleras y llegamos al sitio más temido por la mayoría de los huérfanos, “Dirección”, donde “habitaba” Don Manuel Carrascosa Cobo, alias morgan, rompetechos y un sinfín más de apelativos puestos en honor a su mermada visión o su rígido carácter. Dirección tenía dos accesos, el legal, por la puerta que se ve en la foto superior de la derecha y otra, también legal pero que podía convertirse en ilegal con un simple gesto, usada de manera oficial para retirar material de papelería y encontraba tras la cristalera de la izquierda. Ilegalmente, tras una triquiñuela que ya está explicada en la página web y que consistía en dejar un pestillo de una ventanilla abierto para entrar por ella por la noche para robar algún que otro examen.

Una vez flanqueada la puerta, se encontraban dos mesas donde trabajaban dos secretarios, al fondo a la izquierda la puerta de acceso a la sala del terror “Dirección”, no por nada en particular, sino porque subir allí imponía, no te solían enviar a ver a Don Manuel para que te felicitase, bueno a alguno seguro que sí, pero no es mi caso, si subías, algo habrías armado y sabias que con algún castigo o reprimenda saldrías. Hay algunos comentarios en Facebook sobre la “mano larga” de Don Manuel, a mí personalmente no me consta en propia persona o ser testigo de algo más allá de un capón o colleja habitual de la época. Casi con toda certeza la fotografía inferior de la izquierda no corresponde a la ubicación que tenía en los 70 la dirección, pero por el estilo de mesa da la impresión debe ser de algún alto cargo del colegio, a la derecha una fotografía bastante reciente de la oficina del director, bueno, los últimos años, de la directora, la huérfana del Juncarejo María José Fernández Mesa.

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Infanta 23Es obligatorio y necesario recordar que Tomas Alvira, director del Infanta en 1950, esta en proceso de canonización desde 2009, su esposa Paquita esta también incluida en dicho proceso.

Como no podía ser de otra manera, por el Infanta pasaron ángeles y demonios y entre ellos una gran escala de grises, y por supuesto en todos los estamentos, alumnos, directores, educadores/inspectores, subalternos.